Uno de los referentes más destacados del panorama español en control de gestión, Juan F. Pérez-Carballo Veiga, en su libro Control de Gestión Empresarial habla de cómo “el desarrollo formal del control exige el diseño y la implantación de un sistema entendido como el conjunto de acciones, procedimientos y tareas que, ordenadamente relacionados entre sí, son necesarios para aplicarlo”.
De esta forma, el consultor y docente Pérez-Carballo descompone un sistema de control en tres partes: estructura, proceso y sistema de información. Para profundizar en estos tres componentes del sistema de control de gestión, vamos a dar un par de pinceladas acerca de cada uno de ellos.
Componentes del sistema de control de gestión
1.- Estructura
La estructura de un sistema de control está relacionada con el ámbito en el que se desarrolla, es decir, con el conjunto de unidades organizativas en las que se quiere articular.
En organizaciones sencillas y de pequeña dimensión es probable que no se necesite una estructura de control puesto que será llevado a cabo por un único individuo, el Controller de gestión.
Sin embargo, en empresas de mayor dimensión es por completo necesario diseñar una estructura.
Básicamente, a la hora de establecer una estrategia se deben definir los siguientes aspectos:
- Las unidades de gestión a controlar
- Los objetivos de esas unidades
- Las responsabilidades de cada unidad
- Los criterios de evaluación
En cualquier caso, la estructura de control debe diseñarse a la medida de cada empresa en función de la naturaleza de sus actividades, las características de su entorno, las estrategias de la empresa, la estructura de la organización y su estilo de dirección.
2.- Proceso
Es el conjunto de tareas que desarrolla el sistema de control y tiene, habitualmente, ocho fases. Son las siguientes:
- Formulación de los objetivos
- Asignación de los responsables
- Registro y medición de los resultados
- Análisis de los resultados reales y comparación con los objetivos prefijados realizando una evaluación de las desviaciones
- Estudio de las desviaciones significativas para identificar las causas y los responsables de las mismas
- Identificación de las alternativas para corregir las desviaciones
- Selección de las acciones y su puesta en marcha por parte del responsable
- Control y seguimiento de la implantación
En contraposición a la estructura de control, que ha de ser específica para cada organización, el proceso de control es genérico y, por tanto, las tareas mencionadas son aplicables a cualquier empresa.
3.- Sistema de información
Es el tercer elemento del sistema de control en una empresa. Su objetivo es que la información fluya por toda la estructura y alimente el proceso de control. Es específico para cada organización y debe incluir elementos internos, es el caso de datos económico-financieros, datos no contables y valoraciones cualitativas. También debe incorporar elementos externos, como por ejemplo la información del entorno en el que opera la organización.
Instrumento imprescindible
Una vez descritos los elementos más importantes del control de gestión es el momento de relacionarlos con cinco de las herramientas más conocidas de la gestión empresarial. De esta forma, se entenderá por qué el control de gestión es un instrumento imprescindible para la gestión de la estrategia empresarial.
1.- Definición de objetivos ambiciosos: se debe realizar en el corazón del control de gestión, que no se entiende sin la descripción de objetivos.
2.- Cuadro de mando integral: herramienta de gestión empresarial íntimamente relacionada con el registro y medición de los resultados del proceso del control de gestión.
3.- La gestión dinámica de recursos: solo es posible ponerla en práctica a través de un análisis de los resultados reales y realizando una comparación con los objetivos fijados.
4.- Gestión de riesgos empresariales: que precisa para su implantación de una matriz de riesgos y un conocimiento exhaustivo de la organización, que puede alcanzarse gracias a la implantación de una adecuada estructura de control.
5.- Benchmarking: para qué sirve este proceso de recopilación de información comparando aspectos de una organización con los líderes o los competidores más fuertes de su sector, si no se realizan estudios de desviaciones significativas (análisis del GAP) o corrección de desviaciones.
Estos son solo cinco ejemplos, pero se pueden trasladar a muchas de las herramientas de planificación estratégica más conocidas.
Con este planteamiento se pretende transmitir el convencimiento de que el control de gestión es un instrumento para implementar la estrategia de una empresa. Y se trata de una herramienta muy poderosa que, gestionada de forma adecuada por la dirección de la compañía, puede ayudarla a la consecución de sus objetivos alineando a toda la organización en torno a una estrategia.
De aquí que la función del Controller de gestión sea, cada día, más demandada en las empresas. Y ya no solo en las de más tamaño, sino que esta necesidad se va propagando hacia las empresas de menor dimensión.