La teoría del caos del matemático y meteorólogo estadounidense Edward Lorenz cobra más relevancia que nunca. Su planteamiento referido a que un pequeño cambio en las condiciones iniciales se magnifica según va avanzando el tiempo y que se conoce como ‘efecto mariposa’, está de plena actualidad. Hoy es una evidencia que el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo y los profesionales del control de gestión lo saben bien.

Esta teoría explica el hecho de que, con pequeñas variaciones, se pueden conseguir resultados totalmente inesperados con el paso del tiempo. Los Controllers hemos vivido en primera persona cómo los efectos de una crisis sanitaria, que comenzó en China, ha afectado a las estructuras productivas de las compañías de todo el mundo, poniendo en jaque a la economía mundial y exponiendo las vulnerabilidades de los distintos sistemas y las diferentes formas de reaccionar ante esta situación.

Impacto de los cambios en el entorno empresarial

El Banco Central Europeo (BCE) en su informe Scarring effects on the Covid-19 pandemic on the global economy – reviewing recent evidence analiza el daño que la pandemia ha producido en 2020 en las estructuras productivas de los distintos países. En concreto, cita la caída de la inversión y la destrucción de empleo. De este estudio, se puede extraer que la capacidad productiva de un país depende de la acumulación de factores productivos.

Sin embargo, si la realidad se comporta en sentido inverso, la consecuencia lógica es el colapso de la logística del comercio internacional y la aparición de cuellos de botella, como los vividos durante los últimos trimestres de 2021. Se produjeron estrecheces productivas en sectores críticos y variados de la economía que, a su vez, estrangularon otros sectores ocasionando escasez de factores productivos como los semiconductores, combustibles fósiles y contenedores, entre otros. Todo un reto para el área de Control de Gestión.

Crisis geopolítica y aumento de la incertidumbre

Ya adentrados en el 2022, el ritmo de crecimiento de la economía se ha visto afectado por el aumento de la incertidumbre y por la crisis geopolítica actual. Los embotellamientos y la escasez de materias primas continúan alargando los plazos de entrega y tensionando los precios finales, lo que provoca perturbaciones en la oferta mundial. Estas alteraciones ya se habían iniciado en el tercer trimestre del año pasado con los incrementos en los precios del gas, los derechos de emisión de CO2 o en el pool eléctrico.

Independencia energética

Uno de los principales impactos en la inflación proviene de los mercados energéticos, que se están caracterizando por una elevada volatilidad y una senda creciente sin precedentes aunque parece que está tendiendo a estabilizarse. Meses atrás, se planteaban escenarios en los que la celeridad de la transición energética hacia una economía de bajas emisiones era la principal causa del incremento del precio de la energía. Sin embargo, hoy se puede afirmar que esta transición es un tema de velocidad y no de dirección, existiendo una mayor concienciación de la importancia de este punto entre las posiciones que no lo veían como una prioridad.

El objetivo a largo plazo de esta transición no ha cambiado, pero sí que lo han hecho las motivaciones a corto plazo. En la actualidad, una de las prioridades es la consecución de cierto grado de independencia energética para eliminar los riesgos ocasionados por la dependencia de países como Rusia. Sin embargo, en el contexto actual, no existe autarquía energética ni tampoco dependencia, sino una codependencia.

Asesoramiento estratégico del Controller

Así, se debe apostar por estrategias de diversificación y flexibilidad para lograr un mix energético basado en el desarrollo de las diferentes tecnologías, sin demonizar unas u otras, para ser más competitivos. También por seguir desarrollando las tecnologías renovables como la biomasa, la eólica onshore y offshore, la fotovoltaica, los sistemas de almacenamiento o los gases renovables, como el hidrógeno verde. Un nuevo desafío para los Controllers, puesto que su labor de asesoramiento en este campo será vital para la decisión a tomar.

Los economistas americanos suelen citar con frecuencia la Ley de Stain. Herber Stain fue un economista estadounidense cuya frase más reconocida sobre sus estudios de los desequilibrios financieros es If something cannot go forever, it will stop. Esta ley viene a reflejar que, si algo no puede ser eterno, se detendrá. Podemos creerlo o no, pero es un recordatorio útil.

Apuesta por la sostenibilidad

Aplicando esta idea con un enfoque sostenible, podríamos determinar que desde un punto de vista puramente capitalista las empresas, los inversores, los gobiernos… deben comprender que un producto o servicio que dependa de materias primas o procesos que no sean sostenibles, con el paso del tiempo dejarán de ser viables, puesto que se verán afectados por la escasez y/o el incremento de los precios de forma tan significativa que los convertirán en infructuosos para el mercado.

La Unión Europea cuenta con un sitio web denominado Legislative Train Schedule donde, de forma visual, se pueden conocer todas las iniciativas regulatorias existentes en materia social, medioambiental y de gobernanza. El objetivo es claro: equiparar la información no financiera a la financiera para dotar de mayor transparencia a los mercados, dando respuesta a una necesidad que hoy ya es imperativa.

Gestión de los riesgos ESG

Como bien sabemos los Controllers, para conocer la viabilidad de cualquier compañía es necesario analizar toda la información de la empresa en su conjunto: la financiera y la referida a los criterios ESG (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo). Si ponemos la vista en el futuro, tenemos por delante un ‘tsunami regulatorio’ que requiere estar preparados ante las nuevas exigencias, gestionando los riesgos asociados a la información relativa a los tres pilares y a los objetivos de descarbonización.

Armonización de los esquemas de reporting

Todo indica que el control de gestión tendrá dos esquemas distintos de reporte de sostenibilidad: el europeo y el americano. El primero de ellos, más inspirado en el Global Reporting Initiative (GRI), cuyo objetivo es sistematizar y estandarizar los indicadores de sostenibilidad y los trabajos del European Financial Reporting Advisory Group (EFRAG). El segundo, se guiará por las Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) y los parámetros de las normas de la Sustainability Accounting Standards Board (SASB). Como ya ha sucedido con la normativa sobre información financiera, será preciso realizar un proceso armonizador utilizando un único lenguaje para reducir los problemas de comparabilidad y garantizar una mayor credibilidad.

Integración de las variables ESG a distintas velocidades

Dentro del paradigma empresarial, la sostenibilidad empezó siendo una línea de trabajo más dentro de algunas compañías. Sin embargo, se ha visto impulsada por la pandemia, que ha actuado como catalizador en la integración de las variables de ESG dentro de las empresas. También se ha visto influida por distintas palancas como el papel que está jugando la nueva regulación, las decisiones de inversión socialmente responsable o los cambios en las preferencias de consumo. Así, se está convirtiendo en una de las principales preocupaciones de las empresas y del conjunto de la sociedad.

No obstante, la integración de la sostenibilidad no va al mismo ritmo en todas las empresas. Los fondos que se pueden movilizar y los recursos humanos disponibles marcan la diferencia. A su vez, los esfuerzos por medir el impacto de las compañías en los tres pilares son dispares.

Control de gestión, papel destacado en los enfoques y estrategias

Sustainalytics, agencia especializada en sostenibilidad integrada en Morningstar, ha realizado una encuesta a profesionales del área de Sostenibilidad de 556 compañías de todo el mundo. Los resultados muestran que el 53% opina que los mayores esfuerzos radican en el pilar medioambiental, frente al 25% que apunta al social y solo un 22% al de gobernanza. Unos datos que ponen de manifiesto el trabajo que aún queda por hacer, donde el controlling tendrá un papel destacado, para que los enfoques y las estrategias basadas en ESG tengan un mayor impacto favoreciendo la transparencia, la calidad de la información corporativa y el reporting.

Cambio sistémico en la forma de entender el negocio

Así las cosas, la afirmación de que no hay economía sin ecología cobra mayor relevancia si cabe. La sostenibilidad está generando un cambio sistémico en la manera de entender los negocios en todos los sectores y el reto climático exige la realización de cambios en el modelo de crecimiento, en los sistemas productivos y en los hábitos de consumo.

Son cambios complejos que necesitan una mirada abierta e innovadora, también desde control de gestión, para erigir la transición energética como un potente catalizador de esta transformación. El célebre economista Joshep A. Schumpeter, ya predijo que «en la naturaleza de las innovaciones está implícito el vértigo de emprender grandes cambios para poder dar grandes saltos. El mejor camino para que una nación se proyecte mejor en el futuro es que definitivamente asuma que solo innovando podrá alcanzar a los países más prósperos».